La visión que se nos muestra desde el cielo cuando viajamos en un avión, tanto del propio cielo como de la tierra, es espectacular, sorprendente y muy bella.  
El cielo visto desde él mismo nos permite tener otra perspectiva diferente a la que estamos acostumbrados. Las nubes se encuentran tanto arriba como abajo, o incluso estamos dentro de ellas, rodeados por todas partes de las mismas. Por ello, las imágenes que se nos presentan son muy variadas, desde aspectos reconocibles a abstracciones de formas, color, textura,...
Asimismo, la gran altura y distancia a la que volamos nos permite tener un campo de visión de la tierra igualmente deslumbrante, abarcando tanto grandes extensiones de terreno como de agua.
Además, mostrando estas imágenes me da la ocasión para dejar la recomendación de que en un viaje es tan importante el destino como el camino, por lo que en cada momento puede presentarse la ocasión de que tomemos fotografías de interés.

Volver al inicio